Ir al contenido principal

Como si nada

Haber perdido el plebiscito sobre el acuerdo de paz el año pasado no impidió que se cumpliera el acuerdo y la guerrilla terminara de renunciar a sus armas, pero sí nos desinfló muchísimo las ganas de celebrar. La clase de espectáculo que Santos organizó en Cartagena, por ejemplo, no se ha vuelto a ver.

Creo que tiene que ver con el carácter predominantemente rural de esta guerra. A los citadinos no nos dañó la vida tanto como a los campesinos, y posiblemente por eso no parece que este fin de capítulo nos importe. Por fin se acabó esta guerra, y nosotros seguimos como si nada.

Por fin Colombia se libró del fantasma de la revolución cubana, y nosotros como si nada.

Por fin la Guerra Fría, y con ella el siglo XX, terminaron, y nosotros como si nada.

Por fin se abrirán juicios sobre los crímenes del ejército, y nosotros como si nada.

Por fin será factible en serio una reforma agraria, y nosotros como si nada.

Por fin se nos abrirán las rutas del turismo interno sin miedo, y nosotros como si nada.

Por fin podremos discutir la abolición del servicio militar, y nosotros como si nada.

Por fin tendremos motivos de orgullo creíbles, y nosotros como si nada.

Por fin estamos cerca de convertirnos en un país normal, y nosotros como si nada.

Si nada de eso nos conmueve ni un poquito, es señal de que tuvo éxito el proyecto de las élites de adormecer nuestra conciencia de ciudadanos. Por fin estamos en paz, pero todavía no nos gobernamos nosotros.

Comentarios