Anda circulando por los periódicos de toda Latinoamérica la entrevista hecha en marzo de este año a un supuesto vidente que anunció la muerte de un equipo de fútbol en un avión en un plazo mínimo de un año.
Porque inevitablemente alguien las va a señalar, salgamos de las minucias: ni murió el equipo entero, ni el plazo fue de un año.
Pero eso no es lo importante. Lo importante es que nuevamente la prensa cae en la irresponsabilidad de darle atención a un mentiroso profesional que seguramente aprovechará este momento doloroso para favorecer su negocio de engaños. Como le sucedió a este hombre, apenas en el último año la prensa latinoamericana seguramente ha entrevistado a decenas de embaucadores que hacen toda clase de pronósticos, y por simple estadística es de esperar que en algún momento una afirmación coincida con la realidad. El error está en recordar este único caso de aparente acierto y olvidar convenientemente los centenares de místicos y médiums y profetas que no aciertan en nada.
Pero no nos sorprendamos si algún idiota contrata a este hombre como inspector de aeropuertos.
Porque inevitablemente alguien las va a señalar, salgamos de las minucias: ni murió el equipo entero, ni el plazo fue de un año.
Pero eso no es lo importante. Lo importante es que nuevamente la prensa cae en la irresponsabilidad de darle atención a un mentiroso profesional que seguramente aprovechará este momento doloroso para favorecer su negocio de engaños. Como le sucedió a este hombre, apenas en el último año la prensa latinoamericana seguramente ha entrevistado a decenas de embaucadores que hacen toda clase de pronósticos, y por simple estadística es de esperar que en algún momento una afirmación coincida con la realidad. El error está en recordar este único caso de aparente acierto y olvidar convenientemente los centenares de místicos y médiums y profetas que no aciertan en nada.
Pero no nos sorprendamos si algún idiota contrata a este hombre como inspector de aeropuertos.
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